ESCULTURAS E INSTALACIONES EN VIDRIO
DE SILVIA LEVENSON
La muestra “Identidad desaparecida” expone una serie de esculturas, instalaciones y fotografías que aluden a la ausencia de los cuerpos, que sin embargo existen a través de objetos: vestidos, juguetes, que quedaron congelados en el recuerdo. La artista se inspira en el vidrio como material usado habitualmente para conservar alimentos y bebidas, para proteger a las personas dentro de sus casas, transformándolo en el material ideal para la conservación de la memoria. Silvia Levenson nació en Buenos Aires en 1957 y vive en Italia desde 1980. La mayor parte de sus obras e instalaciones están realizadas en vidrio, material frágil y resistente al mismo tiempo, que le permite aislar y congelar lo cotidiano para poder luego examinarlo y transformarlo. Ha expuesto en Italia, en Argentina, en varios países de Europa y en Estados Unidos.***************************************************************************************************************Nací en Buenos Aires en 1957
Formé parte de una generación que luchó por cambiar una sociedad injusta en la que se
alternaban dictaduras militares y cortos gobiernos civiles. En 1976, los militares dieron el
último y más sangriento golpe militar. Yo tenía 19 años y en agosto de ese mismo año nació mi hija Natalia. Ella tiene la misma edad de otros jóvenes a quienes los militares les han robado la identidad. Con una crueldad inaudita, las prisioneras embarazadas fueron
asesinadas después de haber dado a luz a sus hijos y los recién nacidos fueron dados en
adopción ilegalmente.
Lo que pasó en esos años ha cambiado mi vida como la de la mayor parte de los argentinos de mi generación y ha influenciado mi trabajo artístico. Una parte importante de mi obra tiene que ver con “revelar” o hacer visible lo que normalmente se oculta o no se puede ver y uso el vidrio como material que representa esa metáfora.
En Identidad Desaparecida indago sobre el espacio que han dejado estos niños, hoy adultos, en las familias de origen y en la sociedad.
Los vestiditos de vidrio, nos hablan de una identidad que aún no se ha recuperado; las sillas de metal evidencian los espacios vacíos que esperan poder ser completados. Aunque los hijos de los desaparecidos ahora son adultos, en mi trabajo hablo de niños, de infantes, porque durante ese período fueron apropiados y ese el momento que trato de curar.
La sociedad occidental nos propone un modelo unívoco de felicidad. Normalmente es un
modelo alérgico a la vejez y al dolor. En esta misma sociedad las Abuelas de Plaza de Mayo introducen un factor innovador para establecer la identidad de los nietos y a través de su trabajo tratan de restablecer la verdad. Me fascina que en una sociedad que no da valor a la gente mayor sean justamente las Abuelas quienes traten de curar heridas mediante la recuperación de la identidad robada a los jóvenes hijos de desaparecidos.
Silvia Levenson
www.silvialevenson.com